4 Formas de Ser Amable Contigo Mismo
Tus padres probablemente te enseñaron a ser amable con los demás, pero ¿alguien te enseñó a ser amable contigo mismo?
Esta necesidad de autocompasión y de ser amables con nosotros mismos es especialmente clave en el agitado mundo actual, donde el trabajo remunerado y el trabajo en el hogar pueden ser emocional y físicamente agotadores, dice Jennifer Ferrand, PsyD, directora del Departamento de Bienestar de Hartford HealthCare.
“No se puede exagerar que la autocompasión y ser amable con nosotros mismos regularmente es un impulso para nuestra salud”, señala.
¿Pero cómo funciona?
Primero, ¿qué es la autocompasión?
La Dra. Ferrand cita el trabajo de Kristin Neff, PhD, una psicóloga investigadora que definió la autocompasión hace 20 años, cuando la describe como "ser compasivo con nosotros mismos".
“Es fácil criticarnos a nosotros mismos, en voz alta o mentalmente, cuando algo sale mal o nos sentimos inadecuados”, explica la Dra. Ferrand. “En cambio, debemos tratarnos a nosotros mismos como lo haríamos con otra persona, ser reconfortantes y solidarios. Esto nos ayuda a desarrollar la resiliencia y la capacidad de enfrentar los desafíos con confianza”.
Se necesita práctica para desconectarnos de nuestro crítico interno y, en cambio, brindar el mismo aliento que le daríamos a los demás, continúa.
“Al contrario de lo que la gente piensa, ser duro consigo mismo no ayuda”, dice la Dra. Ferrand. “No te motiva a hacerlo mejor, ni te hace humilde. De hecho, erosiona la autoestima y la motivación”.
La investigación respalda esta teoría: un estudio de 2019 publicado en Behavior Therapy demostró que las personas con autocompasión tienen menos probabilidades de sufrir estrés y depresión.
¿Cómo puedo hacerlo?
Comienza a practicar la autocompasión, dice la Dra. Ferrand, con estos cuatro pasos:
- Silencia a tu crítico interior. Es la voz que te insulta, te culpa, te compara con los demás. Una vez que lo reconozcas, puedes tomar medidas para silenciarlo. “Es como la intimidación, y pretendemos que está bien porque somos nosotros mismos. No está bien”, dice ella.
- Aprende de los errores y sigue adelante. Insistir en los errores no sirve de nada, continúa. Simplemente comprende lo que sucedió y cómo evitar errores similares en el futuro, luego atribúyelo a ser humano. “Todos cometemos errores, pero eso no resta valor a nuestro valor”, dice ella. “Ganamos experiencia y perspicacia. Y seguimos adelante”.
- Finge que eres otra persona. No es para comparar, por supuesto, sino para darle un giro a la regla de oro. Tratamos a los demás como queremos que nos traten, pero ¿qué tal si nos tratamos a nosotros mismos como tratamos a los demás? “Si no le dirías algo a un amigo, no te lo digas a ti mismo”, dice la Dra. Ferrand. “Apóyate a ti mismo tanto como apoyas a los demás”.
- Sal de tu cabeza. Si las afirmaciones en el espejo no son su estilo, intenta actividades que te ayuden a concentrarte en algo que no sean pensamientos negativos. Dirígete al aire libre para una caminata en el bosque o un paseo en bicicleta, prueba la atención plena a través del yoga o la meditación, canta tu música favorita o sumérgete en una manualidad.
“Se necesita práctica, pero todos merecemos crear una zona libre de juicios donde podamos nutrirnos y convertirnos en personas más felices y saludables”, dice la Dra. Ferrand.