COVID impulsa el aumento en el tratamiento de salud mental infantil

March 29, 2021 By John Tejada

Maggie es una niña de 12 años que, sin lugar a dudas, vivió una vida relativamente normal. Sin embargo, una vez que el coronavirus golpeó a Connecticut, las cosas dieron un giro en descenso.

“Normalmente iba a la escuela todos los días, tenía amigos, hablaba con ellos. Cuando llegó el COVID, todos nos conectamos en línea. No podía hablar muy bien con mis amigos, no tenía una buena comunicación con ellos", dijo Maggie.

La falta de comunicación, la sensación de aislamiento y desesperación dejaron estragos en ella.

“Me entristeció, me deprimió. Solo quería estar acostada todos los días. No quería hacer nada más porque no podía hablar con mis amigos. Sentí que nadie me entendía. Normalmente durante el verano salía con mis amigos, jugaba, montaba en bicicleta, me divertía. Pero simplemente no lo hice. Me quedaba adentro, jugaba videojuegos y lloraba, dijo”.

Su depresión aumentó. Sin saber cómo ayudarla ellos mismos, los padres de Maggie la llevaron rápidamente a la sala de emergencias. Después de reunirse con los consejeros, la llevaron al Centro de Servicios de Salud Conductual para pacientes hospitalizados de St. Vincent’s en Westport para recibir tratamiento.

Su historia no es una anomalía. La unidad para adolescentes de St. Vincent’s, tiene 16 camas, todas llenas. Este ha sido el caso desde el comienzo de la pandemia.

“El cambio más grande ha sido (que) los meses de verano para nosotros tienden a ser tiempos relativamente lentos en términos de admisiones. No hay estrés escolar, tanto académico como social, por lo que nuestras admisiones generalmente bajan”, dijo Chris Maher, coordinador de tratamientos en St. Vincent's. “Ese fue un gran cambio este año. Nuestras admisiones se mantuvieron realmente estables, lo que creo que nos dijo mucho acerca de que los niños no tienen una salida social".

La situación ha contribuido a un aumento del tiempo frente a la pantalla. Los niños que ya estaban obligados a usar tabletas y computadoras para el aprendizaje a distancia simplemente se han quedado frente a dichos instrumentos, navegando por el Internet. Según la Dra. Sunanda Murralee, jefa de la unidad de psiquiatría infantil y adolescente en St. Vincent’s, el tiempo adicional en línea puede tener algunos efectos negativos graves.

“No hay estructura de la escuela, no hay actividad al aire libre o salida. Está aislado”, dijo la Dra. Murralee. “No tienen descanso para el almuerzo ni el recreo. Hay mucho aislamiento, mucho tiempo frente a la pantalla. Pasan mucho tiempo en las redes sociales mirando videos de YouTube y videos de TikTok, y luego aprenden a cortar, permitiéndose comportamientos más autolesivos".

Debido a la pandemia, continuó el Dr. Murralee, los niños pasan más tiempo en tratamiento que antes. Maggie estuvo en St. Vincent’s durante dos semanas. Sin embargo, era su segunda vez en las instalaciones en un mes. Después de una temporada de 10 días la primera vez, se fue a casa solo para tener otro episodio. En algunos casos, el tratamiento es necesario solo para ayudar a los niños a no sentirse tan solos.

“Siento que nuestra estadía es un poco más larga para los niños durante la pandemia”, dijo la Dra. Murralee. “Creo que cuando vienen aquí es casi como ir a un campamento o vivir en un internado. Cuando los niños vienen aquí, tienen otros 15 niños, en lugar de estar aislados en su casa”.