5 Detonantes Comunes Que Te Hacen Comer de Más y Cómo Evitarlos

September 16, 2024

¿Alguna vez te has encontrado comiendo papas fritas sin ni siquiera tener hambre? 

Si quieres cambiar eso, el primer paso es entender cómo llegaste a ese punto. 

Revisa si alguno de estos detonantes comunes te aplica y prueba algunas de las sugerencias que te ofrecemos. 

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1. Desencadenantes emocionales 

Tres de los mayores culpables están relacionados con tus emociones: 

  • Estrés
  • Tristeza
  • Aburrimiento 

"Cuando comes como respuesta a una emoción tu cerebro está buscando una distracción y alivio a corto plazo", explica la Dra. Danielle Friedman, cirujana bariátrica y de cirugía mínimamente invasiva en el Hartford HealthCare Digestive Health Institute.

Qué hacer en su lugar: Explora otros mecanismos de afrontamiento. ¿Puedes crear un nuevo hábito que no incluya comida? Tal vez podrías salir a caminar cuando te sientas estresado, o hacer una clase de yoga virtual cuando estés inquieto.

2. “Señales” ambientales 

Al cerebro humano le encantan los patrones. Y cuando cree que ha detectado uno te prepara para seguirlo. Esto incluye señales ambientales como la hora del día y ciertas actividades.

"Cuando te sientas en el sofá después de la cena y automáticamente buscas un bocadillo, eso es una señal ambiental", dice la Dra. Friedman. 

Qué hacer en su lugar: Presta atención a cuándo y dónde comes innecesariamente. Luego, cambia algo de esa rutina, como elegir otra parte de la casa para relajarte o tomar una taza de té en lugar de una cerveza. 

3. Tamaño de las porciones 

Cuando el restaurante te trae una porción enorme o tu abuela te sirve un gran plato de espaguetis, ¿quién eres tú para decir que no?

Con nuestras mas profundas disculpas a la abuela, deberías decirle no. 
"Enfocarnos en limpiar el plato puede hacernos ignorar las señales de saciedad de nuestro cuerpo", comenta la Dra. Friedman.

Qué hacer en su lugar: En casa utiliza platos y utensilios más pequeños, lo que ayuda a que tus ojos y tu cerebro acepten porciones más saludables como suficientes y satisfactorias. En los restaurantes, pide una caja para llevar al inicio de la comida y empaca inmediatamente la mitad. (Si al terminar el plato aún tienes hambre, ¡sírvete más!). 

4. Presiones sociales

Ya sea que estés junto a la mesa de quesos o te estén pasando plato tras plato de aperitivos, las reuniones sociales suelen girar en torno a la comida —y la presión de comer.

Además solemos estar distraídos con conversaciones, señales sociales y a menudo, alcohol, lo que dificulta aún más notar las señales de saciedad.

Qué hacer en su lugar: "Come un pequeño refrigerio saludable antes de asistir a un evento social", sugiere la Dra. Friedman. "Practica una negativa educada —crea una frase corta como 'No, gracias, estoy lleno', y ensáyala frente al espejo para que te salga natural." 

5. Tener comida poco saludable a la mano 

¿Te has dado cuenta de que es fácil comer en exceso un plato de galletas, pero no tanto con palitos de zanahoria?

Nuestros cerebros aún tienen una debilidad por los alimentos que ayudaron a nuestros antepasados a huir de los depredadores: altos en calorías, azúcares y grasas.

Estos alimentos, que ofrecen una recompensa energética a corto plazo (seguida de un bajón), suelen ser bajos en nutrientes. Y debido a que activan partes antiguas de nuestro cerebro, pueden ser particularmente adictivos. 

Qué hacer en su lugar: Llena tu hogar con opciones saludables. "Si tienes que ir hasta el supermercado por un helado en lugar de solo sacarlo del congelador, es más probable que elijas algo diferente", comenta la Dra. Friedman. Esto crea barreras entre tú y la comida poco saludable. Como hoy no necesitas correr de ningún tigre, estarás bien.