Estudio clasifica a los restaurantes como los espacios públicos interiores más riesgosos durante el COVID-19
November 16, 2020

Lo último que queremos escuchar a medida que bajan las temperaturas es lo peligroso que puede ser estar en espacios al interior durante una pandemia.
Pero esa es exactamente la esencia de un nuevo estudio – una colaboración entre científicos de las universidades de Stanford y Northwestern, Microsoft Research y el Chan Zuckerberg Biohub – que evaluó datos de movilidad de teléfonos celulares en 10 ciudades estadounidenses para descubrir evidencia de que ocho de cada 10 infecciones por el COVID-19 durante la primera ola de la pandemia se pueden conectar a lugares en espacios interiores concurridos como restaurantes, cafeterías y gimnasios.
Los datos se tomaron desde marzo a mayo en áreas pobladas como Atlanta, Chicago, Los Ángeles y Miami. El estudio realizó un seguimiento de los movimientos cada hora y tuvo en cuenta las reducciones en la movilidad por las restricciones debido a cierres mandatorios y otros cambios. Las escuelas y oficinas no fueron examinadas.
“El COVID-19 se transmite más fácilmente en contacto de persona a persona en espacios cerrados, concurridos y con poca ventilación”, dijo la Dra. Faiqa Cheema, experta en enfermedades infecciosas del Hartford Hospital.
El estudio reveló que los restaurantes eran lugares con riesgos cuatro veces mayor que los gimnasios y las cafeterías. La segunda ubicación más peligrosa fueron los hoteles.
Esta noticia se reveló al mismo tiempo que funcionarios públicos de todo el mundo comenzaron a restablecer los toques de queda y otros límites al acceso a restaurantes y bares con la esperanza de frenar la interacción humana y el aumento de infecciones.
Además de identificar áreas de riesgo, el proyecto de investigación colaborativa recalcó las disparidades ya observadas en la forma en que la infección por el COVID-19 se ha extendido de manera más prolífica en las áreas más pobres del país. El estudio sugiere que lugares como las tiendas de comestibles en áreas de bajos ingresos estaban más concurridos que los de otros vecindarios. De hecho, el estudio indicó que, en promedio, las tiendas de comestibles en áreas de menores ingresos generalmente tienen 60 por ciento más personas por pie cuadrado en cualquier momento que las tiendas de áreas más prósperas.
Las personas en áreas de bajos ingresos también tienen menos posibilidades de refugiarse en sus casas porque a menudo tienen empleos que requieren que estén en el lugar de trabajo y no de forma remota.
Para analizar los datos de movilidad, el equipo de investigación trazó un mapa del movimiento de aproximadamente 98 millones de personas entrando y saliendo de los espacios públicos interiores, calculando el tráfico en cada lugar, cuánto tiempo en promedio permanecieron las personas y el tamaño del lugar en pies cuadrados. Al aplicar una tasa de infección promedio, el equipo pudo calcular la propagación del COVID-19.
Estos cálculos se ajustaron favorablemente con la propagación real de la enfermedad en cada ciudad específica, incluyendo la presencia de picos cuando las instalaciones públicas, como restaurantes, se reabrieron o se ampliaron sus capacidades máximas.