La vacuna “milagrosa” contra el COVID-19 estaría llegando a Hartford en aproximadamente dos semanas

El Dr. James Pope de Hartford HealthCare, al evaluar, en una conferencia de prensa este 1 de diciembre, la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 que se lanzarán próximamente en medio de los temores públicos sobre el proceso de desarrollo acelerado, dijo simplemente: “Se la pondría a mi madre". 

El Dr. Pope, director médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hartford Hospital, dijo que las vacunas de Pfizer y Moderna, que actualmente buscan la autorización de uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), son un motivo de esperanza en un momento difícil.

“Realmente es un milagro. No hay otra forma de decirlo”, dijo. "Esto es una verdadera esperanza".

El Dr. Pope y dos de sus colegas – el Dr. Patrick Troy, neumólogo del Hartford Hospital y el Dr. Ajay Kumar, director clínico de HHC – dijeron que demostrarán su fe en la vacuna al ofrecer sus propios brazos para ponerse la vacuna.

“Creo que la ciencia es sólida y segura. Seremos las primeras personas en ponernos la vacuna, ese es nuestro nivel de compromiso", dijo el Dr. Troy, y calificó a la vacuna como "el equivalente en medicina de llevar a un hombre a la luna".

Varios factores ayudaron a acortar el proceso de desarrollo que generalmente toma años, y dijo que comprender esos factores debería ayudar a calmar el temor del público de que la vacuna no sea segura.

Primero, dijo, la pandemia requiere una rápida distribución de vacunas para salvar vidas. En lugar de esperar a que terminaran los ensayos clínicos para comenzar la producción, las compañías farmacéuticas comenzaron a fabricar la vacuna antes.

“Corrieron un riesgo enorme, pero valió la pena”, dijo.

Las vacunas de Pfizer y Moderna han demostrado ser muy potentes y casi 100 por ciento efectivas contra casos graves del virus en los ensayos clínicos. "La efectividad es casi demasiado buena para ser verdad", dijo el Dr. Troy.

En segundo lugar, los científicos tenían una ligera ventaja trabajando en esta vacuna, ya que pertenece a la misma familia que los coronavirus SARS y MERS que surgieron en las últimas dos décadas. También utilizaron nuevas técnicas, sintetizando la vacuna rápidamente en el laboratorio y entrenando al cuerpo para reaccionar ante ella.

"Esto es algo revolucionario en términos de la tecnología utilizada", dijo el Dr. Troy. "Es fundamentalmente diferente a cualquiera que hayamos tenido".

A diferencia de otras vacunas, estas no contienen conservantes, por lo que la única forma de mantenerlas estables es a temperaturas extremadamente frías, dijo el Dr. Pope. La vacuna, administrada en dos inyecciones con 21 días de separación, contiene solo un ácido ribonucleico mensajero (ARNm) recubierto de un lípido. "La vacuna utilizará la maquinaria de nuestros propios cuerpos para producir la proteína Spike que está en la superficie del COVID", dijo. "Hay un sitio de conexión dentro de esa proteína Spike y la vacuna produce inmensas cantidades de anticuerpos contra ese sitio de conexión, bloqueándolo para que el virus no se adhiera a nuestras células".

El Dr. Kumar dijo que HHC espera la llegada del primer lote de la vacuna, que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan sea usada para los trabajadores de la salud, los socorristas y los residentes de hogares de personas de la tercera edad, para el 15 de diciembre. Él calculó que todos los estadounidenses tendrán acceso a la vacuna en mayo o junio de 2021. Añadió que la vacuna no tiene efectos adversos graves, y que menos del dos por ciento de los que la recibieron en los ensayos clínicos informaron de síntomas leves como dolores corporales y fiebre.