El Ómicron original, también conocido como BA.1, representa más del 98 por ciento de los casos de Ómicron en todo el mundo. BA.2, sin embargo, a mediados de enero se convirtió en la cepa dominante en Dinamarca, donde ahora representa alrededor del 82 por ciento de los casos.
En el estudio realizado por investigadores del Statens Serum Institut, la Universidad de Copenhague, Estadísticas de Dinamarca y la Universidad Técnica de Dinamarca, las personas tenían un 39 por ciento de probabilidad de infectarse dentro de los siete días si se exponían a BA.2 en su hogar. Con BA.1, la probabilidad era del 29 por ciento.
Aunque los vacunados completamente tenían más probabilidades de contraer BA.2 que la cepa Ómicron original, era menos probable que la transmitieran a otros, lo que sugiere que la subvariante era más hábil para eludir la protección de la vacuna. Las personas con un refuerzo tenían aún menos probabilidades de propagar el virus.
Las personas no vacunadas tenían tasas de transmisión más altas con BA.2 que con BA.1, lo que los investigadores atribuyeron a cargas virales más altas con la nueva subvariante. Los investigadores también esperan una transmisión extensa entre los niños en las escuelas y guarderías debido a la transmisibilidad de la subvariante y una mayor vulnerabilidad a la infección.
Afortunadamente, las infecciones suelen ser más leves que con cepas anteriores, como Delta, y las vacunas, en particular entre las que tienen dosis de refuerzo, protegen contra enfermedades graves y hospitalizaciones.
En Connecticut, la tasa de positividad cayó al 7.33 por ciento el 31 de enero, frente al 9.73 por ciento del 28 de enero.
"Todo el mundo predecía un declive muy pronunciado", dice el Dr. Wu, "y aunque las cifras están bajando muy bien, cuando se tiene una perspectiva general, todavía son muy altas en este punto".